La piel se antoja como un perfecto lienzo en blanco donde contar historias. Agustín Cobera, tatuador y propietario del estudio Agus Tattoo lo sabe bien, por eso, como amante del dibujo y del arte desde pequeño, decidió aprender este oficio y embarcarse en la aventura del emprendimiento hace 12 años, con la apertura de su propio estudio de tatuajes. El estudio está ubicado en su pueblo, Alcázar de San Juan, Ciudad Real, lugar que le ha visto crecer y consolidarse como un tatuador de referencia en la región.

La cercanía con su clientes, uno de sus principales reclamos

Lo que, a priori, fue una afición para Agustín, se ha convertido en un negocio de éxito en es este pueblo manchego. El hecho de establecerse en una zona rural como Alcázar y no haber huido a la capital como muchos otros amigos y compañeros, hacen de este tatuador un ejemplo de joven emprendedor que ha apostado por los beneficios que tiene emprender en una zona rural: la cercanía, el boca a boca y la calidez que encuentra entre sus clientes, frente al anonimato y la impersonalidad de las grandes urbes.

De Alcázar al mundo, gracias a Instagram

Lo que sin duda ha terminado por cosolidar el trabajo que realiza en su estudio, ha sido el uso de redes sociales como mejor escaparate de su arte. Instagram es, hoy en día, una herramienta que utiliza a diario para dar a conocer sus tatuajes al resto del mundo y que, como resultado de su buen uso, ha materializado con nuevos clientes procedentes de otras regiones, que nunca hubieran descubierto al artista sin la presencia de Agus en la misma.

La clave de su éxito radica en haber abrazado la oportunidad que entraña establecerse en un entorno rural, en el que ha sabido aprovechar todas las ventajas que tiene abrir un negocio de estas características, sabiendo adaptarse a lo que demandan sus clientes, sin perder de vista las tendencias que imperan en el sector.