Este creativo siempre supo que en el pueblo estaba su sitio, pero no fue hasta que llego la pandemia en 2020, cuando decidió volver a Candeleda con la mochila cargada de experiencia y de contactos, tras más de 20 años trabajando en el ámbito publicitario, dispuesto a lanzarse a la aventura del emprendimiento.

La digitalización es vital para poder traspasar fronteras

El sector en el que trabaja le permite desarrollar su profesión desde cualquier sitio por lo que, sin dudarlo, montó su propio estudio con sede en Candeleda. Así es como nació ElTreceStudio, una empresa cuya cartera de clientes va desde negocios de cercanía, hasta clientes ubicados al otro lado del océano. Sin duda, la digitalización ha sido clave para poder establecerse en este rincón abulense y seguir trabajando sin fronteras. Su trabajo le permite estar en cualquier sitio pero la clave del éxito es la conectividad que hoy en día existe en pequeños pueblos como este.

Naturaleza, conciliación y sostenibilidad

Pasar de vivir en Madrid a un pueblo de 5.000 habitantes puede resultar chocante de un día para otro, pero para David fue fácil. El eligió Candeleda: un lugar rodeado de naturaleza, que le permite conciliar y llevar una vida más tranquila y ser más sostenible, puesto que apenas coge el coche”.

De hecho, tomó la decisión porque tenía claro que quería volver a su pueblo. Además, las sinergias con otros emprendedores de la región le han hecho embarcarse en un nuevo proyecto @puevlo_studio, que acerca el estudio a la calle que pronto verá la luz y que es el fiel reflejo de lo que supone emprender en un entorno rural como el Valle del Tiétar: un acierto seguro.