Teresa Rodríguez nos cuenta la historia de la empresa de calzado infantil Baby lobitos, cuyo principal valor diferencial ha sido patentado, dando lugar a la creación de un calzado único, adaptado al pie de los no caminantes, convirtiendo a esta marca alicantina en un ejemplo de éxito para el emprendimiento.

La idea de crear Baby Lobitos surgió con el nacimiento de su segundo hijo. Al convertirse en madre, cansada de perder zapatos constantemente, Teresa detectó la necesidad de tener que vestir los pies de su bebé con un zapato que se adaptase al talón como un guante.

Tras investigar y descubrir que no existía en el mercado un zapato que solucionase la necesidad que ella tenía, tuvo la idea de dar vida a este proyecto, en el que diseñó un calzado exclusivo para proteger el pie de rozaduras, golpes, o la pérdida de temperatura y que respetase el desarrollo natural del pie y de su pisada, siendo también respetuoso con el medio ambiente, porque para su producción no usan plásticos, colas o pieles de animales.

Una cooperativa para unirse frente a las adversidades de la industria

Los lobitos están fabricados en Petrer (Alicante), por una cooperativa de aparadoras (Aparados la Foia Coopv), un grupo de mujeres que se unieron con grandes dosis de ilusión y ganas de trabajar en condiciones dignas. Además, las raíces de Teresa, arraigadas en una empresa familiar de calzado, hicieron que encontrasen en la cooperativa la mejor fórmula para crear este proyecto, con el fin de ser independientes y trabajar para ellas mismas.

El interior de la provincia de Alicante es una zona que tradicionalmente ha sido productora de calzado. Los principales retos a los que se enfrentan en el sector son: la alta concentración de economía sumergida, la deslocalización y la baja incorporación de la gente joven, motivos por los cuales, la cooperativa las ayuda a ser más competitivas y ser más fuertes antes las adversidades de la industria.

Calidad y valores, como objetivo

Gracias al emprendimiento, esta empresaria ha podido dar vida a su sueño, donde la comodidad de sus lobitos destaca como objetivo principal, genera empleo directo en la zona y emplea materiales de cercanía, fomentado la economía circular y de pequeña escala.

En definitiva, el objetivo, como nos cuenta Teresa, es crear una marca de referencia donde la calidad se impone al precio y los valores sociales a los beneficios.